Ante el elevado precio de la carne magra de res, las vísceras llegadas de Estados Unidos, principalmente la panza, el hígado, la lengua y las patas de res, además de las piernas de cerdo de origen japonés, son la alternativa de consumo para muchos hidalguenses y mexicanos en general.
Son vísceras que ingresan al país a bajos precios y que son muy apreciadas por los consumidores, asegura el presidente de la Federación de Tablajeros de Hidalgo, Jesús Gutiérrez González.
“Lo que para los estadounidenses es un desperdicio, para nosotros los mexicanos es una delicia, como una buena pancita o unas tostadas de pata de res”, comentó el tablajero.
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Hizo notar que en el estado de Hidalgo se consume carne local de res, aunque en algunas temporadas ha sido necesario traer reses en canal desde estados altamente productores del norte del país.
Sin embargo la carne importada de mayor consumo en la entidad son las vísceras de res, “y las piernas de cerdo, que como sabemos, se exportan de Japón porque allá no se consumen.”
Hígado, a 42 pesos el kilo
Lo que afirma el representante de los tablajeros se entiende al acudir a un supermercado y encontrar paquetes de hígado de res rebanado en 42 pesos el kilogramo, o de panza de res cocida con precios de entre 74 y 80 pesos el kilogramo.
En las carnicerías tradicionales se observan también las charolas con hígado rebanado, de “rellena” adornada con rodajas de cebolla y chile jalapeño en tiras, de pata de res cocida o de lengua cocida lista para prepararse.
Se ofrecen además otras variedades de cárnicos de gran demanda por sus precios más accesibles, como el chicharrón prensado, el chicharrón inflado, el chorizo o los cueritos de res en salmuera.
En los supermercados, con precios que van de los 148 a 200 pesos el kilogramo, la carne de res empacada en charolas espera por clientes, mientras muchos consumidores voltean la vista a la carne de cerdo en trozos, milanesas, molida, etcétera, cuyo precio ronda entre 80 y 100 pesos el kilogramo.
Veganos entre semana; carnívoros sábado o domingo
El consumo de carne ha caído hasta en un 42 por ciento en lo que va del presente año, de acuerdo a Gutiérrez González, “pues mucha gente ya no tiene para consumirla frecuentemente.”
A decir del tablajero las mejores ventas de carne se dan los fines de semana, mientras que entre semana disminuyen sensiblemente.
“Entre semana comemos verduras, granos como frijoles, lentejas, habas, alverjones, o pollo, huevos, chicharrón o longaniza, y es el fin de semana cuando compramos algo de bistecs o maciza para preparar un molito de olla, por ejemplo”, relata Samanta Rodríguez Tapia, vecina de la colonia Forjadores, mientras realiza sus compras en un centro comercial al sur de Pachuca.
