Como lo sabemos, en Hidalgo ya dieron inicio las campañas políticas a efectos de renovar los 84 Ayuntamientos que integran nuestra entidad.
A diferencia de años anteriores, hoy el proceso político electoral tiene otro entorno y condiciones, en atención a las medidas preventivas para evitar la propagación y contagio del SARS-CoV-2, mejor conocido como COVID-19.
Los candidatos y sus estructuras de apoyo, realizan su mejor esfuerzo para captar la atención ciudadana y esta se obtiene por medio de las propuestas que desean hacer realidad, si su voto los lleva al triunfo electoral y ya electos presidentes Municipales, supongo, cumplirán puntualmente.
Las propuestas realizadas abarcan diferentes temas como: bacheo; economía familiar y micro negocios; seguridad, mencionando el uso de drones y aplicaciones móviles; alumbrado público; recolección de basura; combate a la delincuencia, transparencia y rendición de cuentas.
Al parecer no han citado o por lo menos no con la contundencia de compromiso, el tema de la corrupción y esto es preocupante para el electorado, en directa razón de que en menciones de prensa o en titulares, en redes sociales, esta palabra ha ido creciendo de manera sorprendente, por la referencia que hace la propia ciudadanía.
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) A.C. en México, es una asociación civil sin fines de lucro, comprometida con la consolidación del Estado de Derecho en México a través una agenda integral dedicada a prevenir, denunciar, sancionar y erradicar la corrupción e impunidad sistémicas que prevalecen en los sistemas público y privado de nuestro país.
MCCI, en su espléndida aportación de este mes titulada “La corrupción como sello de gobierno”, nos participa que en el año de 1996 los periódicos impresos reportaron apenas 518 notas y 27 titulares que hacían referencia a ello.
Cuatro presidencias nacionales y 22 años después, al cierre de la administración de Peña Nieto, el número de notas relacionadas con la corrupción se multiplicó 100 veces y el de titulares 152, lo que hace 55 mil 332 notas y 4 mil 114 titulares, lo que equivale a 11 diarios en promedio.
Esto significa que para 2018, la corrupción política ocupó el papel protagonista en la discusión pública, en conjunto con la violencia y la inseguridad.
Las menciones al tema, involucran las prácticas ya conocidas que perviven año con año, actor por actor (léase servidor público, tras servidor público, no todos por supuesto), y que son: el conflicto de interés, el tráfico de influencias, el desvío de recursos públicos, el enriquecimiento ilícito (en nuestro país ser rico ni es pecado, ni es un delito, siempre y cuando sea legal), y el ejercicio abusivo de funciones con sus aliados.
Actualmente, la población percibe que la corrupción está latente. Se publica más sobre el tema, no obstante, en la realidad no se ven los cambios. Existe, cada vez con mayor demanda, la necesidad de más información, sin embargo, la corrupción real se queda estática.
En promedio el 53 % de la población percibe que la corrupción ha aumentado encuesta MCCI-Reforma. Percepciones sobre Corrupción e Impunidad 2020.
La corrupción como tal, no es un delito, es una decisión personal de renunciar a la honestidad, para hacer cumplir la ley. Pero, cuando la deshonestidad, la ética y el valor civil, se hacen a un lado para dar paso a los intereses personales, entonces se genera una plaga, denominada corrupción.
En consecuencia, será interesante saber el posicionamiento personal de cada candidato sobre este tema, que cada vez va en justificado aumento, producto de la opacidad de las decisiones gubernamentales, como la asignación directa de contratos, sin concursos entre proveedores interesados, ofertas presentadas y procesos públicos, para tal efecto.
¿Votaremos por el partido? ¿Votaremos por las personas(s)? ¿Votaremos por las propuestas?
Vamos a elecciones y el electorado tiene la fuerza del voto para mejorar nuestros gobiernos.
garubo58@gmail.com