Por: Christian Falcón Olguín
El escritor estadounidense, Samuel Langhorne Clemens (1835-1910), mejor conocido por su seudónimo como: “Mark Twain”, quien escribe entre 1876 y 1878 su obra literaria más afamada: “Las Aventuras de Tom Sawyer”, texto que se desarrolla en el pueblo ficticio de San Petersburg, Misuri, lugar que el propio Twain refiere en características a Hannibal, su pueblo natal, dentro de un periodo histórico previo a la guerra de secesión norteamericana.
El libro narra las travesías de “Tomas Sawyer” y sus amigos, entre los que destacan, Joe Harper y Huckleberry Finn, con los cuales se adentra en una serie de peripecias que les llevan a las creativas batallas de piratas, personificando respectivamente, al “Vengador Negro de los Mares Españoles”, al “Terror de los Mares” y a “Mano Roja”, siendo el azote de su mundo imaginario en altamar, al margen de la Riviera del Misisipi, sin exceptuar su gusto por la exploración de su vegetación para escenificar los épicos combates del legendario “Robín Hood”.
El audaz Tom se distinguía por su intelecto, autoconfianza y perspicacia, tanto para meterse, y de igual manera para salir de sus ocurrencias; pero el mundo de Tom tenía una pausa en el tiempo cuando se encontraba con Becky Tatcher, de quien estaba profundamente prendado y entusiasmado; por ello se podía esperar lo inimaginable con tal de agradarle o pasar algún tiempo junto a ella, y hasta era capaz de soportar castigos y reprimendas con tal de conservar el valor de la amistad, honor y amor.
Tom y su peculiar pandilla de amigos disfrutaba del tiempo jugando entre ellos, desde una partida de canicas, competencias de nado grupal, y hasta travesuras en el salón de clases o en las ceremonias religiosas, sin dejar de lado, lo que todo niño inquieto que aspira en algún momento: emprender una aventura épica en la búsqueda de algún tesoro escondido, así como la oportunidad de divertirse y demostrar su valentía explorando las cuevas siniestras situadas en su terruño como, “La Catedral”, “El Palacio de Aladino” o “El Salón”.
Las andanzas de Tom, también le llevaron a demostrar sus nobles ideales, al testificar en el juicio de “Muff Potter”, el cual había sido encarcelado injustamente por un delito cometido por el temible “Mulato Joe”, demostrando Sawyer, su valor y honestidad ante la población de San Petersburg.
Como cualquier niño en su camino hacia la adolescencia, Tom, también paso por la tentación de consumir alcohol por la influencia de su contexto, hasta que se incorporó a la “nueva orden de cadetes antialcoholismo”, que prohibía el consumo de alcohol y tabaco, pero en su permanencia dentro del club fue breve, y descubrió, que su libertad le permitía decidir sobre el consumo o no de las mismas, argumentando que lo prohibido siempre motivaba al consumo, y que curiosamente él, ya no lo necesitaba.
En fin, la obra literaria es una divertida manera de recordar los años maravillosos de la infancia y su paso hacia la adolescencia, etapa que enfatiza que lo único importante es disfrutar de los amigos, la inigualable imaginación para crear mundos e historias épicas; así como, embelesarse con los primeros amores y desamores, el entusiasmo por las aventuras escolares y los divertidos juegos de las vacaciones de verano, donde se forjan los grandes afectos a partir del reconocimiento mutuo de las amistades que integran a una generación.
La narrativa de Mark Twain lleva a la reflexionar sobre la relevancia de salvaguardar el valor de la genuina infancia y de la juventud, ya que tras los hechos ocurridos en últimos días en la Unión Americana, particularmente en Texas, en automático se llegan a generar múltiples preguntas y expresiones en personas de todas las edades, pero qué es de suma importancia motivar la conciencia en la generación que inicia su primavera o juventud, con cuestionamientos como: ¿Dónde ha quedado el valor por la vida? ¿Dónde están los límites y el respeto por los demás? ¿Qué tanto influye el actual contexto social para llegar a viles decisiones?, entre otras.
Por ello, es que continúan los retos en una etapa en que la pandemia va en declive, se requiere de políticas públicas que fortalezcan y ayuden a la salud mental de toda la población, es necesario generar recursos y herramientas de apoyo en todo nivel escolar y laboral, que permita en su conjunto retomar la vida de manera digna, y dar privilegio a la salud emocional.
Existe también, otro reto fundamental para los programadores y para los sistemas de ciberseguridad de las redes sociales, pues, así como se crean algoritmos para identificar productos comerciales, políticos e ideológicos, se requieren mecanismos informáticos para identificar este tipo de atentados violentos y prevenirlos. Dejando la pregunta en la pantalla del dispositivo: ¿Hasta qué punto es válido el contenido de productos que expongan la integridad física y la dignidad de los usuarios por un “Like”?
Para concluir, Mark Twain deja un importante mensaje con Tom Sawyer, muestra que no importa qué edad se pueda tener, las aventuras, los sueños y las esperanzas son para todas las edades, pero los vicios e imperfecciones de los adultos deben estar siempre muy lejos, y así blindar a las nuevas generaciones.