Ante la rígida postura de las autoridades de aviación de exigir licencia de piloto comercial a los pilotos de globos aerostáticos, este sector turístico en Hidalgo está muerto en detrimento de toda la industria turística en la entidad, informó Sabrina Cortés Domínguez.
La empresaria del ramo, cuyo padre, Eduardo Cortés, inició los vuelos en globos aerostáticos en el país desde el estado de Hidalgo, lamentó que esta actividad feneciera en su lugar de origen, tras el accidente ocurrido en marzo del 2016 en el que fallecieron dos personas, y que originó que las autoridades aeronáuticas mientras florece en otros sitios de la república.
Ante esta situación, la empresa familiar, Club Aerostático Nacional, mudó sus 25 globos a Tequisquiapan, donde ofrece este servicio, y la hacienda en Apulco limita sus actividades a ofrecer hospedaje.
“Las autoridades insisten en exigir que los pilotos cuenten con licencia comercial, pero de obtenerla, en lugar de volar globos se van a volar aviones DC10 o Jumbo Jets”.
Explicó que su hermano, con más de 30 años de experiencia en globos aerostáticos, y que sí cuenta con licencia comercial, ha ofrecido reiteradamente a las autoridades elaborar un examen para los pilotos de vuelos aerostáticos, que limite sus conocimientos a volar estos globos, “sin embargo su propuesta ha sido rechazada en muchas ocasiones”.
El accidente ocurrido en El Yolo, municipio de Acatlán, condenó a muerte a esta actividad turística en la entidad, pues en otros sitios en donde vuelan estos globos, como Teotihuacan, Querétaro, entre otros, se permite volar a pilotos sin licencia comercial, siempre y cuando estén bajo las órdenes de un piloto que sí la tenga.
Con la suspensión de los vuelos aerostáticos quedaron sin empleo, de entrada, 130 personas, pero la afectación se extiende a empresas turísticas como hoteles, restaurantes y sitios de interés, pues se alejaron de Hidalgo los aficionados a estos vuelos.