La primera plana del diario Reforma intentó generar una polémica que, me parece, al final no resultó del todo exitosa.

El rotativo de alcance nacional muestra la imagen del exgobernador de Puebla Rafael Moreno Valle al lado de Othón Muñoz Bravo, hoy mejor conocido como «El Cachetes», detenido el fin de semana en un fraccionamiento exclusivo de San Andrés Cholula y quien es acusado por linderas una de las principales bandas de huachicoleros en la zona del Triángulo Rojo.

De hecho son varias imágenes que presumen cercanía entre este sujeto y el ex mandatario.

Las fotos fueron tomadas en una cabalgata realizada en febrero en el estado de Tamaulipas.

Moreno Valle es de inicio un estratega que no toma riesgos innecesarios.

Al final, sin intentar justificarlo, me parece que como un actor político de influencia nacional, diariamente saluda y se toma fotos con muchísima gente, sea simpatizante de su proyecto o no, pero esto no significa que exista una relación cercana.

Sería complicado saber si las personas a las que saludamos a diario, no resultan al final delincuentes o sujetos con una doble personalidad.

Así que la imagen por sí misma no puede enjuiciar de facto al aspirante presidencial.

Lo que sí puede suceder es que las autoridades investiguen sobre un nexo real, pero ese es otro tema.

Moreno Valle mantuvo el control de todos los que intentaron criticarlo durante su mandato, pero no pudo controlar la criminalidad relacionada a las bandas que se dedicaron durante su sexenio al robo de hidrocarburo; pero eso no necesariamente lo convierte en amigo o socio de estas cabecillas.

Lo que sí me parece más delicado es que la administración municipal del entonces alcalde capitalino Eduardo Rivera le haya otorgado a «El Cachetes» dos permisos de construcción para la instalación de gasolineras en Puebla.

Fue precisamente en su trienio donde «Lalo» otorgó un sinnúmero de permisos lo que originó la inconformidad de muchas mesas directivas de colonos por el riesgo que estas representaban.

El negocio de Rivera Pérez fue evidente dado que además, los permisos se otorgaban para instalar estaciones de servicio a pocos metros de distancia unas de otras como el caso de varias en la zona de Prados Agua Azul.

De igual forma, serán las autoridades quienes definan el rumbo de la investigación sobre cuál personaje tenía o no nexos con «El Cachetes».

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Las muestras de apoyo son contundentes.

En la BUAP, prácticamente solo se cumple con los protocolos y formalidades de cara al proceso para la reelección de Alfonso Esparza Ortiz.

Con el paso de los años, Esparza Ortiz pasó de ser un rector gris a uno de grandes luces.

Hay que reconocer que la máxima casa de estudios poblana pasa por un buen momento y que la continuidad de Esparza podría implicar un mayor crecimiento y reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional.

No hay personaje por el momento que garantice la estabilidad y desarrollo que hoy tiene la universidad.

Pero hay que decirlo también, el cambio de gobierno estatal permitió que Alfonso Esparza recobrará su liderazgo.

Enhorabuena por la BUAP.

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En Zacatlán ya existe el consenso sobre quien será el próximo presidente municipal.

Se lo cuento en la próxima entrega.

@AlbertoRuedaE

 

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