Una nueva explosión sacude de manera violenta y estremecedora las redes sociales. No sólo en México, la noticia por haber aparecido el HERMANO del presidente de la República, en esta extraordinaria y novelesca era, en la que los videos se han posicionado de los medios digitales, mostrando el intercambio de tan solo 2 millones de pesos en efectivo, ha sido expuesta a la opinión pública internacional, grandes cadenas como la BBC, El País, Forbes, NBC News, han compartido el video acompañado de los más cruentos comentarios hacia el destino incierto de nuestro país. Eso no nos llama la atención, desde hace tiempo, hemos estado sometidos a la crítica extranjera por las decisiones de AMLO, lo que llama la atención es el cinismo de los integrantes de MORENA en un desesperado intento por calmar las aguas.
Declaraciones, opiniones y fijación de posturas se han desatado al por mayor, todos tenemos una y junto a ella el inalienable derecho a defenderla, pero también se asume la responsabilidad por lo expresado y por la investidura que representamos.
Lo que verdaderamente llama la atención es la falta de empatía con él, cada vez mayor, grupo de no simpatizantes con el gobierno que encabeza López Obrador. La falta de respeto a quienes votaron por él, la mayoría motivados por el derroche absurdo, acompañado de escándalos cubiertos por dinero, corrupción e impunidad que le ha dejado la puerta abierta a este gobierno para cosechar la siembra del pasado. Pero el cinismo, perdone usted, estimado lector, pero no encuentro otro calificativo para nombrar las declaraciones “del peje” al desestimar la cantidad de dinero que justifica le fueron entregados a su partido a través de aportaciones, quien, en ese entonces, se encontraba legalmente constituido. La Ley General en Materia de Delitos Electorales es muy clara y las evidencias para iniciar los debidos procesos penales saltan a la vista, aunque dolorosamente debemos admitir que millones de mexicanos continúan abrazados a la fe en espera de un cambio, sin tener las herramientas para valorar si será positivo o negativo, alimentados por los discursos de odio, de polarización social y conformismo, y peor aún, que sin conocer la historia de Robin Hood, se regocijen ante la idea de poder saborear exquisitamente el placer de despojar al rico para repartir entre los miserables el motín de lo robado.
Pero las sorpresas no se detienen ahí. La incondicional del presidente de la República, Claudia Sheinbaum, no perdió la oportunidad para aportar desde su trinchera una dosis de justificación al escándalo desatado por Loret de Mola, presumiendo muy ufana que ella también participó activamente a la causa de MORENA, aunque luego desvió la fuerza del impacto hablando de la gasolina que gastó por su cuenta durante la campaña. ¿Recuerda usted, estimado lector, esos eventos en los años mozos de la escuela cuando alguno hacía algo malo pero el resto del salón se ponía de pie demostrando la lealtad y apoyo a su compañero, toda vez que sancionar al grupo completo parecería prácticamente imposible? No tenemos que esperar demasiado, los bots y los “seguidores incondicionales” de MORENA ya se desataron en las redes alabando y justificando devotamente los actos de corrupción que “con creces está devolviendo al pueblo”.
Y ya para rematar, la extraordinaria declaración de la Doctora en Historia Beatriz Gutiérrez Müeller, invocando el espíritu independista de Leona Vicario en una frase que asume lo equiparable de lo que a todas luces se antoja como un delito electoral.
Momento trascendente en el que nos encontramos, la profecía lanzada por AMLO para erradicar la corrupción parece comenzar a tener sentido “caiga quien caiga”. Ojalá, México demuestre madurez institucional y se activen las instancias correctas. Ojalá que la caja de Pandora que abrió el presidente no tenga consecuencias funestas. ¿Cree usted, estimado lector, que en esta enorme revuelta, alguno de los implicados está pensando en su bienestar, en el mío, en el de su vecino o en el del bien común de una Nación tan grande y majestuosa como lo es México?
