Justo hace una semana Puebla se conmocionó con la noticia de la detención del político Javier  López Zavala.

Javier “N” en términos jurídicos, como ya sabemos, está siendo acusado de ser el autor intelectual del feminicidio de su ex pareja sentimental y mamá de su hijo, Cecilia Monzón, quien fue asesinada el 21 de Mayo pasado.

Era lógico que la primera línea de investigación iría sobre él.

La batalla legal que sostenía con su ex pareja por la demanda de pensión alimenticia que la ahora fallecida le interpusiera, lo volvía el principal sospechoso y prácticamente se puso de pechito para ser detenido al planear de manera tan atropellada el feminicidio.

Usar a un sobrino y a su secretario particular para la comisión del delito (quienes  también fueron aprehendidos) hizo que fuera más fácil atar cabos por parte de la Fiscalía General del Estado.

Además no le quedaba de otra a la dependencia estatal más que dar resultados lo más pronto posible ante la presión política local, nacional e internacional que generó el caso, al tener nacionalidad española Ceci Monzón además de mexicana.

Falta aprehender al autor material del asesinato, Silvestre “N”, originario de Chiapas de donde proviene López Zavala, pero es de aplaudir que Fiscalía se haya puesto a trabajar como debe ser para esclarecer este caso. Aunque es más que obvio que el Fiscal, Gilberto Higuera, ordenó que se actuara con rapidez por ser una mujer conocida así como por quedar bien políticamente hablando.

¿Cuántos feminicidios se han cometido ya en Puebla en lo que va del año y la mayoría no han sido esclarecidos?

Cada mujer asesinada merece que Fiscalía investigue de manera exhaustiva hasta dar con el culpable; la familia de las mujeres merece saber quién las privó de la vida y si se tiene un sospechoso, el personal de Fiscalía con mayor razón tiene la obligación de agotar todos los recursos para dar con el paradero del feminicida. Justo el reclamo de la sociedad de que se trabaje parejo.

Y qué bueno que López Zavala no llegó a ser nuestro gobernador. Si hizo lo que hizo sin tener el poder que llegó a ostentar como Secretario de Gobernación, no me quiero ni imaginar a cuanta gente quizá ya había ordenado matar y a cuanta más habría mandado a hacer lo mismo siendo el todopoderoso del estado.

Increíble, terrible, inimaginable que una persona tenga la sangre tan fría para mandar matar a la mamá de su hijo. Pobre chiquito; qué trauma será para él si algún día llega a saber que su propio padre ordenó que le arrancaran la vida a su mamá.

CASO YANELLI VELAZCO

Justo el reclamo de Yanelli Velazco a las afueras de Fiscalía para exigir se la haga justicia tras seis años de haber sido violada por primera vez por dos sujetos a bordo de un taxi colectivo en el municipio de Huauchinango.

Y digo por primera vez porque al año siguiente de haber interpuesto su denuncia ante autoridades de aquel municipio y de haber sido aprehendido uno de sus violadores, fue nuevamente violada por ambos sujetos como venganza por la demanda levantada contra ellos (habían dejado en libertad al que ya tenían preso).

La segunda agresión fue mucho más brutal; la dejaron ciega del ojo izquierdo y sorda del mismo lado además de que le marcaron con una navaja la palabra puta. Todo esto delante de su hija de dos años.

Pero Fiscalía hace oídos sordos porque no es una mujer conocida y no la ha querido recibir tras varios días de plantarse sola fuera de sus instalaciones.

Los colectivos feministas de Puebla deberían de acompañarla así como se manifestaron al otro día del asesinato de Cecilia Monzón.

La exigencia de justicia y la aplicación de la misma deberían ser sin distingos.

Nos leemos el próximo lunes.

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