Muy valientes se mostraron los dirigentes de los partidos “Por Tlaxcala al Frente”, al cerrar filas con Ricardo Anaya Cortés.

Sobre todo en momentos en que el candidato de la coalición PAN-PRD-MC, está sufriendo por sus actos una dura embestida del sistema.

Todo porque el panista no ha sabido explicar las acusaciones por lavado de dinero y presunto enriquecimiento inexplicable.

Las denuncias que enfrenta Anaya son tan graves y contundentes, que sólo ha recibido un pírrico apoyo de sus partidarios.

En la defensa del candidato presidencial no se han escuchado las voces de gobernadores del PAN, menos de los liderazgos del PRD.

Da la impresión que nadie quiere meter las manos al fuego por Ricardo Anaya, incluso dudan de su permanencia en la contienda por Los Pinos.

La senadora tlaxcalteca Adriana Dávila salió en defensa de su candidato presidencial, la semana pasada, y le fue como en feria.

A las pocas horas, la dos veces exabanderada a la gubernatura del estado fue acusada de contratar una empresa fantasma en su campaña de 2016.

Por eso decimos que fue muy valiente y hasta solidaria la posición del PAN-PRD-PAC,  así como de Adriana Dávila y Juan Corral, pero cómo defender lo indefendible.

Principalmente ahora que están saliendo más pistas sobre la implicación grave de Ricardo Anaya en  graves actos de corrupción y lavado de dinero.

El modus operandi fue el siguiente:

Ricardo Anaya compró un lote en 10 millones de pesos en un parque industrial en el que su mejor amigo, Manuel Barreiro, participa como alto directivo; después vendió una bodega construida en ese lote al mismo Barreiro por 54 millones de pesos.

Manuel Barreiro trianguló los recursos a través de paraísos fiscales y los canalizó a la empresa fantasma Manhattan Master Plan Development. Quien firmó la escritura pública de esta empresa fue el chofer de Barreiro, Alberto López López. El capital social de la empresa fue de 10 mil pesos y, a los 51 días de haberse conformado, consiguió un crédito por 54 millones de pesos.

Manhattan Master Plan Development transfirió los 54 millones de pesos a Juni Serra, la empresa de Anaya, por concepto de compra de una nave industrial.

Juni Serra compró a Barreiro un segundo lote ubicado en el mismo parque industrial. Se presume que el objetivo era repetir la operación.

De las investigaciones realizadas se sabe que después de transferir el dinero a diferentes paraísos fiscales, se hizo uso de la ingeniería financiera en diferentes países para ocultar la procedencia de los recursos, todos ellos provenientes de empresas del Sr. Manuel Barreiro, y que fueron destinados finalmente a una empresa de nombre Tesorem, la cual transfiere el dinero a Manhattan Master Plan Development, que a su vez pagó los 54 millones de pesos a Juni Serra.

Ricardo Anaya sostiene que quien firmó la compra venta de la nave industrial en Querétaro fue el Arquitecto Juan Carlos Reyes García, lo cual es falso, pues con la información del Registro Público de la Propiedad, la cual es pública y está al alcance de todos, se sabe que el verdadero firmante fue el Sr. Ricardo López López, quien es el chofer de Manuel Barreiro.

Además, respecto a la empresa utilizada para llevar a cabo esta operación, Manhattan Master Plan Development, ésta fue declarada por el SAT como una empresa fantasma, que opera fuera de la ley y vinculada a operaciones ilícitas de lavado de dinero.

Llama la atención que dicha empresa fue constituida con un capital social de 10 mil pesos y en sólo 51 días después de su creación, obtuvo un crédito y formalizó la compra venta de una nave industrial por 54 millones de pesos.

Resulta evidente que está operación de lavado de dinero fue orquestada por Manuel Barreiro y Ricardo Anaya y que se fue construyendo con empresas fantasmas creadas pocos días antes de utilizarse.

Este tipo de operaciones inmobiliarias son reconocidas internacionalmente como uno de los principales esquemas de lavado de dinero, en donde cómo es el caso, los inmuebles pueden incrementar su valor en muy pocos años hasta en un 900 por ciento.

La Procuraduría General de la República ha invitado a Ricardo Anaya a declarar formalmente para dar su explicación, sin embargo éste se ha negado, pues no tiene los elementos para sostener su dicho.

Se trata de la primera vez en la historia de México que un candidato a la Presidencia de la República está involucrado en un caso de lavado de dinero.

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