Por: El Psicólogo Carlos Muñoz

Así como lo lees, muchas veces con tal de no sentirnos débiles o vulnerables ante las demás personas, solemos decir que todo anda bien, pero en el fondo, en ese momento en el que estamos solos, es cuando realmente aceptamos que no todo marcha como a nosotros nos gustaría, es cuando analizamos por qué le va mejor a las otras personas y no a mí, por qué ellos tienen cosas que a mi me gustaría tener y no puedo, por qué a ellos les va bien en el amor, en el trabajo, en la vida etc,(sin olvidar que todo esto es subjetivo) pero por otra parte nuestro orgullo no nos permite manifestarlo y seguimos perpetuando este ciclo de sufrimiento interno y molestia con la vida, la cual se suele manifestar de formas muy sutiles con las demás personas y en ocasiones de maneras muy evidentes, y la mayoría de las veces no somos conscientes de que gran parte de nuestros problemas emocionales están íntimamente relacionados con nuestra autoestima, o mejor dicho con nuestra baja o casi nula autoestima.

Así que para iniciar haremos una distinción de lo que consiste la autoestima, para posteriormente identificar qué es lo que provoca y fomenta que sea baja y al finalizar les dejaré algunas acciones que podemos empezar a implementar para mejorar  esta situación, recuerda que las fórmulas mágicas no existen, así que te recomiendo que tomes lo que te funcione y lo demás lo dejes pasar, así que sin más, vamos a definir lo siguiente.

¿Qué es la autoestima? Sin la intención de caer en terminología rimbombante y enredada, la entenderemos como el nivel de estima, afecto y cuidado que sentimos hacia nosotros mismos, digo, no es que esto sea muy difícil de percibir, también se le conoce como amor propio como para un término un tanto más simple, ahora qué conocemos esto, ¿cómo sabemos si tenemos el autoestima alta o baja? normalmente se habla más del autoestima baja de manera obvia, sin embargo, una autoestima elevada en exceso, lo que se conoce también como egocentrismo, de manera paradójica también sería un síntoma de baja autoestima y únicamente utilizamos el disfraz de yo lo puedo todo y soy mejor que todos como un mecanismo de defensa para evitar dejar al descubierto mi vulnerabilidad, así que para fines prácticos intentaremos alcanzar un nivel de autoestima saludable, ni baja ni alta, solamente saludable y funcional, sin olvidar que alcanzar esta estabilidad no es como llegar a un lugar y ahí estacionarnos para siempre, eventualmente existirán situaciones que pongan a prueba nuestro autoconcepto, y he ahí una nueva oportunidad de seguir trabajando en nosotros mismos.

No podemos negar que nuestros problemas de autoestima surgen principalmente en la infancia, y están relacionados con la interacción que tuvimos con nuestros iguales así como con nuestros padres, va a depender mucho de sí aprendimos desde pequeños a reconocer nuestras fortalezas, y también de cómo hemos ido madurando, ya que a veces crecimos bien, sin embargo, pudo haber situaciones o eventos dolorosos que pudieron alterar esta situación, para saber de manera sencilla qué tal anda nuestra autoestima, podemos evaluar de manera general los siguientes aspectos:

  • ¿Me cuesta relacionarme con las demás personas?
  • ¿Cuál es el concepto que tengo sobre mí?
  • ¿Suelo sentirme culpable en gran parte del día por lo que pasa?
  • ¿Tengo dificultades para decir que no, o establecer límites con lo que no me gusta?
  • ¿Siento pena o vergüenza por lo que hago?
  • ¿He dejado de hacer cosas que me gustan por miedo a que se burlen de mí?

Estas son algunas preguntas que nos podrían dar un poco de luz a la hora de identificar en qué parte de nuestra vida podríamos estar fallando y sobre eso diseñar las estrategias para realizar los cambios que sean necesarios buscando que nuestra situación sea diferente, y aquí es importante mencionar que así como tenemos diferentes facetas de nuestra vida, la autoestima también actúa de diferente manera en cada una de ellas, es decir, puede que en tu trabajo tengas una autoestima saludable, ya que estás muy bien preparado y eres el más competente a la hora de desempeñar las tareas que se te piden, pero que en tu relación de pareja tengas baja autoestima y permitas que tu pareja haga cosas que pongan en peligro tu integridad emocional, o bien que esto influya en tu desempeño sexual, o visceversa, pero todo esto será, para otra columna, ahora que ya más o menos tenemos un poco de claridad, podemos pasar a las acciones concretas que podemos empezar a incorporar a nuestra rutina para mejorar nuestra autoestima, no es que tengan un orden jerárquico, pero las enumeraré por cuestión de orden.

  1. Identificar o definir si existió alguna situación traumática en nuestro pasado  que pueda condicionar mi presente, o bien que hayamos escuchado en casa que no somos buenos para tal o cual cosa, algo que no me he perdonado y que pudiera estar deteriorando mi desempeño en ciertas áreas.
  2. Identificar, ¿cómo me gestiono en momentos de dificultad, suelo ser muy duro conmigo mismo, me culpo por todo lo que sucede?
  3. Deja de compararte con los demás, ya que regularmente ese tipo de comparaciones radican solo sobre algún área en específico, es decir solo vemos aquello que nos gustaría tener que tiene la otra persona, pero no nos fijamos en las cosas malas que le pasan, lo que quiere decir que no vemos el panorama completo, se que es algo un tanto complicado, sin embargo, vale la pena practicarlo.
  4. ¿Qué tan dura es tu autocrítica? Cuando pienses cosas negativas, y por consecuencia te quieras ofender, pregúntate si eso que estás pensando se lo dirías a alguien más en su cara, lo más seguro es que la ofensa sea muy fuerte que realmente nadie la merezca, eso te incluye a ti.
  5. El autocuidado, es cierto que el amor propio radica en quererte tal cual eres, sin embargo eso no es el pretexto para descuidar tu salud física y mental, cuida lo que comes, lo que lees, lo que miras, con quien o quienes te juntas, ya que el descuidar esto también tienes sus implicaciones negativas.
  6. Aprende a establecer límites con lo que te rodea, ya sean personas o situaciones, recuerda que poner un límite no significa lastimar a las demás personas.
  7. Sé empático contigo mismo, de las  cosas que regularmente nos arrepentimos son de aquellas que ya sucedieron, recuerda que todo el tiempo te estás reinventando y la persona que eres ahora no es la misma del año pasado, ni siquiera de la de ayer, recuerda que en ese momento actuaste de acuerdo a las herramientas con las que contaban en ese tiempo, y obviamente ahora no tomarías la misma decisión (o eso se esperaría).
  8. Visualiza en donde estás, tal vez no seas consciente de esto, pero el hecho de que puedas estar leyendo esto, es una señal de que estás en busca de un cambio positivo para tu vida, aún estás a tiempo.

De esto como ya lo comenté puedes tomas las cosas que creas que te sirven, mi recomendación siempre es y será, visita al especialista, ya que por más conscientes que seamos de nuestros problemas, eso no quiere decir que sepamos cómo resolverlos, si fuera así, nuestra profesión no tiene sentido, esta es mi colaboración de esta semana, espero te haya servido de algo, lo que espero provocar en ti es la duda, tu duda, pero recuerda, puedo estar equivocado.

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