Algo van a tener que hacer Mario Delgado Carrillo, dirigente nacional de Morena, y los lidercillos del partido de la 4T en Puebla, porque su movimiento está en peligro tras el resultado de los comicios intermedios federales.

Los morenos perdieron la capital, la llamada “joya de la corona”.

Tendrán una mayoría simple en el Congreso del Estado, es decir, la mitad más uno, por lo que están obligados a negociar con la oposición para tratar de barrer a sus adversarios en las votaciones si así lo disponen, pero nada más.

Morena no logró ni el número de curules plurinominales que deseaba, apenas 2, lo que dejó fuera a su actual dirigente estatal, Edgar Garmendia de los Santos.

Se volvieron a quedar bailando.

El pleito que Edgar Garmendia, y el grupo que controla el partido en el estado, trae con el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta continúa y les sigue pegando.

Es más, ya ni les interesa -a las dos partes- arreglarlo.

Así que Morena parece no tener ni pies ni cabeza, además que se adjudicó un rotundo fracasó en su intento de repetir en la capital por un segundo periodo, vía la ahora edil saliente Claudia Rivera Vivanco.

El panorama de este partido parece muy sombrío.

Sobre todo, ahora que tras el caos y la derrota sufrida en la elección pasada se descubrieron las traiciones.

El engaño del senador Alejandro Armenta Mier, quien jugó dos bandas y vendió a Claudia Rivera para sacarla del camino, con miras al 2024.

Dicen que las intenciones de Armenta siempre fueron descarrilar a Claudia para quedarse con la oportunidad de buscar la gubernatura una vez concluido el sexenio, obvio con la venia del mandatario estatal.

A esto se debe, juran, la reunión inmediata del senador con el gobernador Barbosa.

Bien dicen, forma es fondo en política.

Por algo ha empezado a trascender en los medios poblanos que los dos únicos personajes con posibilidades de disputar y quedarse con la candidatura de Morena para la gubernatura en 2024 son: Armenta e Ignacio Mier Velasco, coordinador de los diputados de Morena en la cámara baja del Congreso de la Unión.

Y en política no hay casualidades.

¿Será que el gobernador Barbosa ya dio el banderazo de salida a su sucesión?

En lo personal, francamente lo dudo.

Eso sí, ya demostró que los dos señalados sí son sus amigos.

Habrá que estar muy pendiente.

Sobre todo, cuando Eduardo Rivera Pérez, el presidente municipal electo de Puebla, también fue uno de los convidados a la casa del señor.

Porque, evidentemente, el barbosismo le aposto a Lalo.

Y Lalo también tiene sus cualidades, aspiraciones y posibilidades, desde luego él en el PAN, de cara al próximo proceso electoral.

No hay duda que si hace un buen trabajo en la capital se va aponer rudo en el 2024.

Ya veremos cómo queda Morena ahora con la disputa de la dirigencia estatal, por la que ya hay tres tiradores: Claudia Rivera, Gabriel Biestro Medinilla y el edil saliente de San Pedro Cholula, Luis Alberto Arriaga Lila.

¿Quién cree que se la merezca?

Claudia, quien trae a cuestas una derrota escandalosa; Biestro, quien no pudo ganar ni la candidatura a la primera; o Luis, quien se quedó con las ganas de reelegirse en Cholula.

Digo, tampoco hay como para escoger en Morena.

Empero, si no hay de otra tal vez Luis Alberto Arriaga pudiera ser el tercero en discordia.

Me parece que aún pudieran salir más interesados en asumir las riendas de Morena, eso sí, debe ser un personaje que sume y no que reste, que llegue a mediar los problemas de las tribus morenistas, que se encargue de limpiar el cochinero que existe en el partido y que cambie la percepción de la gente sobre su partido.

Que llegue a darle otra cara a Morena, porque la fuerza de la 4T en Puebla ya no vende.

Morena está en terapia intensiva en Puebla, y agoniza, vamos a ver si la salvan.

poncharelazo@yahoo.com.mx

En twitter: @poncharelazo

Facebook: Alfonso González

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