BIEN Y A LA PRIMERA

Omar Espinosa

Los avances en la industria digital avanzan de forma vertiginosa y por tanto las revoluciones tecnológicas suceden en plazos de tiempo cada vez más cortos, lo que regularmente genera una sensación de necesidad para los consumidores de contenidos en Internet y Redes Sociales, que buscan obtener información de cualquier tipo, con inmediatez y rapidez, es decir, para generar lo que se conoce como “disrupción”; un concepto no solo tecnológico, sino incluso social que refiere al hecho que se produce cuando una tecnología cambia las reglas del juego de un mercado, la vida de las personas o a una sociedad entera.

Disruptiva fue la imprenta que extendió sus contenidos de forma global, cuando por necesidad tecnológica pasó del papel a las páginas digitales. Lo mismo sucedió con el telégrafo (precursor de la radiodifusión), que evolucionó de forma periódica, hasta llegar al teléfono móvil, prácticamente un miniordenador que se ha colado en el bolsillo de cientos de millones de personas y donde también la radio se ha tenido que ajustar, pues la disrupción en el medio de comunicación con mayor penetración es constante no solo en lo digital, sino en los contenidos que se escuchan, ampliando la competencia para generar mejores propuestas auditivas.

La radio no habrá de morir, pero si tendrá que vivir procesos de evolución desde lo tecnológico hasta en sus contenidos, pues la competencia que tienen en plataformas digitales avanza de forma rápida y no parece ser una opción el mantenerse estáticos y esperando que los públicos y patrocinadores dejen de utilizar el medio que en México vio su nacimiento en 1921 con la emisión por las celebraciones de los cien años de la Independencia nacional, tras la firma del Tratado de Córdoba. La radio habría de crecer de manera exponencial en los siguientes dos años debido a que grandes corporaciones estadounidenses estaban estableciendo estaciones de radio y agencias de ventas de aparatos receptores por toda Latinoamérica. Para 1922 se exportaban aparatos de radio a México con el argumento de que los compradores podrían escuchar conciertos originados en los Estados Unidos.

Entre los años 30 y 50 del siglo pasado, las estaciones de radio crecían en nuestro país con una regulación que estableció en 1931 el gobierno de México y que otorgaba concesiones (entonces llamadas licencias), por 50 años; todas operando bajo el sistema de Amplitud Modulada (AM) que ofrecía gran cobertura por su espectro tecnológico de ancho de banda. Lejos se veía que esta tecnología pudiera desaparecer, sin embargo, 100 años después, las frecuencias de amplio espectro terrestre, pero con poca calidad y definición auditiva, tendrán que desaparecer para dar paso a la radio digital y a las nuevas tecnologías, mientras que la radio en Frecuencia Modulada (FM), deberá soportar un proceso de digitalización.

La radiodifusión mundial se encuentra inmersa en lo que diversos teóricos han definido como “la revolución tecnológica”, un proceso dentro de la historia donde ocurre un cambio importante al introducirse una o varias tecnologías nuevas. Su implementación, es decir, su puesta en marcha, marca una época de progreso, desarrollo, e innovación, en una serie de aspectos de la sociedad.

Los medios de comunicación han tenido también que ajustarse a las revoluciones tecnológicas y digitales, adecuando sus productos informativos y mejorando los contenidos en sus programas de entretenimiento con proyectos de comercialización que permitan a sus anunciantes promoverse también en las redes sociales, ahí donde sus públicos están ahora.

Directores operativos y artísticos, el área de ventas, el director de noticias, programadores; los coordinadores de promoción y por supuesto los y las locutoras tienen en sus manos la oportunidad de mejorar para salir adelante y ganar audiencia, rating, vender más, elevar el rendimiento empresarial y así “todos contentos”. Buen escenario que hasta se escucha sencillo, pero no lo será si los concesionarios no se abren a la posibilidad de integrar la experiencia de quienes han trabajado por décadas en la radiodifusión, con la fuerza motivadora de las nuevas generaciones que viven intensos cambios tecnológicos y saben ajustarse a las presiones que la digitalización les impone.

Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!

Facebook: Omar Espinosa Herrera

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