¿Estás en una relación de pareja que te permite florecer? Cada vez constatamos más lo indispensable que es ser y hacerse responsable del propio bienestar y lo inconveniente y poco sano que resulta depender de la pareja para sentirse plena, así como el que no es adecuado recargar en tu relación el cien por ciento de la responsabilidad respecto a tu felicidad.

Estando en pareja es necesario equilibrar el espacio en pareja y el personal, alimentar los vínculos con la familia y amigos, no desentenderse de los intereses y sueños individuales y construir al mismo tiempo el proyecto de vida en común, convivir en pareja con otras parejas, acompañarse, apoyarse, ser dos sin perder la individualidad, lo cual llega a ser complejo ante los estereotipos que señalan que “al amar todo debería de enfocarse y hacerse en o alrededor de la relación”.

En realidad no hay fórmulas mágicas, cada pareja se diseña a sí misma, y en tanto ambos experimenten un alto grado de satisfacción respecto a la relación, al amor y en la dinámica cotidiana el vínculo entre ambos se fortalece con el tiempo.

No es responsabilidad de tu pareja el que florezcas, pero, sin duda un vínculo de calidad colabora en mucho para que lo hagas (y lo ideal es que también esto ocurra en tu pareja).

Primero, porque saberse y sentirse amada si aporta grandes beneficios a la salud física y mental, y segundo, porque al tener una relación que resguarda tu estabilidad emocional, que te brinda certezas más que dudas, confianza más que celos, apoyo más que obstáculos permite que te ocupes de ti, de tus sueños y de tu crecimiento, lo que no ocurre en vínculos traumáticos, relaciones conflictivas e inestables, en las que pasas más tiempo preocupándote, discutiendo, sintiendo inseguridad o resolviendo problemas.

El desamor, la indiferencia, el desinterés, el abuso verbal, y por supuesto, otros tipos de violencia afectan tu vida en general, sin duda conformarse o sufrir a causa del desamor marchita.

Entre otras causas, porque el vaivén emocional que ocasiona una pareja que no da paz, donde sientes que debes cuidarte de no ser lastimada o traicionada termina por desgastar tu autoconcepto y anular tu autoestima.

Amar (o creer amar) a quien no te corresponde (aun sin no lo admite) y dar tanto sin reciprocidad puede generar autodescuido, depresión y ansiedad entre otras enfermedades o alteraciones importantes en ti y en tu vida.

Cada persona tiene su estilo de amar, es cierto, como también lo es que el amor indiscutiblemente se nota, a pesar de ser expresado de maneras distintas si hay amor se nota.

Y si no se coincide, si las formas de amar y de concebir el amor y la pareja son completamente opuestas en la vida diaria, la pareja tiene escasas probabilidades de funcionar aún si llegase a permanecer.

Las relaciones de pareja sin vida, sin devolución, sin atención de ida y vuelta, donde una admira y el otro exige ser protagonista sin respetar ni valorar como respuesta son una bomba de tiempo.

En lugar de propiciar lo mejor de quien ama terminan anulándole, ser ninguneada y humillada constantemente es similar a colocar a alguien en situaciones de estrés extremo.

Las razones por las que una persona no se va de una relación que deteriora su salud mental al restarle estabilidad emocional y no ofrecerle un espacio seguro al vínculo son muy diversas, si, tiene que ver con la autoestima, pero esto no es todo, igualmente pueden estar relacionadas con el miedo al abandono, el desamparo, con que se haya establecido una dinámica de sumisión y dependencia o con haberse convencido de que a pesar de todo es mejor estar en la relación que irse.

Lo contrario, es lo que vive quien se siente respaldada, arropada, cuidada, protegida y bien acompañada, lo que confirma que estando en una relación de amor es mil veces más sencillo florecer.

Florecer es dar paso a la versión más completa de ti, por supuesto incluye tu apariencia física, no en cuanto a los estereotipos de belleza sino en el bienestar que se produce al sentirte bien contigo, quererte, saberte digna de amor, y en cuanto a tu relación ser mirada, pensada, deseada y acariciada con respeto y amor.

Vivir libre de la angustia del desamor te da espacio y energía para desarrollarte en otras áreas de tu vida.

Florece lo que se cuida, y este cuidado inicia en ti, tú eres la primera persona que requiere mirarse con amor y saber que eres capaz de florecer aún después de las dificultades, si tú y tu pareja admiten lo indispensable que es el amor propio en la construcción del buen amor, ambos estarán dispuestos a acompañarse y apoyarse para que cada uno exprese al máximo su propio potencial.

Si estás en pareja y eres bien correspondida esto se suma a lo que tu haces por ti.

¿Por qué permanecer en relaciones que te marchitan? Generalmente no es por gusto sino por tus creencias respecto al amor, la pareja, hacia ti misma. Y no es solo tema de autoestima sino de la dependencia que se gesta a través de las acciones u omisiones de tu pareja.

En la vida todo tiene un costo, estar soltero tiene un costo, estar en pareja, cuidarte o no, todo tiene un costo y es cuestión de elegir qué costo deseas cubrir.

Estar en pareja no te exige ni invita a perderte, olvidarte de ti y centrar tu mundo en la relación, lo anterior no te hará florecer, lo adecuado es ser quien eres, crecer, desarrollarte, construir tu plenitud, no requieres de una relación de pareja para lograrlo, pero si la tienes y no eres feliz, si sufres permanentemente no tienes tiempo, entusiasmo ni ilusión para ti y para tus proyectos.

¿La relación que tienes ahora te aporta para florecer o te está marchitando?
No es cuestión de culpabilizar ni a tu pareja ni a ti, sino de mirar la realidad de frente, si el otro te hace daño no es tu culpa y tampoco es tu maestro de vida como dicen a veces, es necesario nombrar las cosas por su nombre, si la relación que sostienes está afectando tu salud, estabilidad, autoimagen, amor propio, requieres empezar a pensar más en ti y la dejes o no, cuidarte más, amarte más y no esperar a que el otro o las circunstancias cambien, la vida no se repite, este momento es valioso, es el único que tienes ahora para cosechar lo que deseas.

Si no te aman o por lo menos no como tú necesitas, reconsidera porque no puedes o no quieres terminar la relación, reflexiona sobre las posibilidades reales de que la dinámica mejore, evalúa cuanto puedes estar bien a pesar de lo que estás recibiendo o de lo que ya no hay en la relación, trabaja en ti misma hasta que puedas tomar decisiones desde el amor propio.

Cada mujer sabe lo que desea recibir en su relación, lo que puede ofrecer, pero a todas nos gusta y nos hacen bien los actos de aceptación, de apoyo y compromiso, si los tienes en tu pareja valóralos y disfrútalos, si no los tienes no te sientes a esperarlos, produce y procura para ti lo que te lleve a florecer constantemente.

Si ese amor te marchita, marchita ese amor antes de que te haga más daño y no te dañes a ti misma creyendo que no lo mereces, no te lastimes culpándote por lo que permitiste o por no haber marcado limites claros, cada mujer tiene su tiempo, seguramente hoy sabes más de ti y de la vida, de lo que quieres y rechazas, de lo que te llena de vida y de lo que te amarga la existencia, elige en amor, relaciónate desde un profundo respeto hacia ti misma, recuerda: en el lugar y la relación correcta nunca dejamos de florecer…. ¿Lo pensé o lo dije?

Te abrazo

@Lorepatchen
Psicoterapia presencial y en línea.