La supuesta discriminación a personas de color de piel blanca en Sudáfrica se ha sumado de manera confusa y hasta risible a las situaciones de conflicto que genera la migración irregular.
Esa “discriminación” fue retomada por el presidente estadunidense Donald Trump de su “primer amigo”, el hipermagnate de origen sudafricano Elon Musk y por lo pronto desembocó en el asilo a un grupo de blancos de ese país, quienes gozarán de la ayuda que se niega a venezolano y emigrados de otras nacionalidades.
Pero el peligro para los migrantes indocumentados ahora podría venir también de Europa, que ha sido sometida a una presión muy fuerte de ese tipo de migrantes, y algunos de cuyos gobierno ahora quieren poner límites.
Un primer paso son propuestas de modificaciones al Convenio Europeo de Derechos Humanos suscrito hace 75 años, un lapso que sin duda aconseja su actualización aunque es de dudar que sea en la forma que pretenden Austria, Bélgica, Dinamarca, Estonia, Italia, Letonia, Lituania, Polonia y República Checa, a los cuales parece posible se sumen otros gobiernos europeos.
Entre otras modificaciones quieren dar más capacidad a las autoridades para decidir cuándo expulsar a extranjeros delincuentes, sobre todo en casos relacionados con las drogas o violencia.
También cómo vigilar a extranjeros que hayan cometido delitos pero no sean deportables, así como medidas con Estados hostiles que usen a los migrantes en contra de los valores europeos, indica la propuesta.
Los problemas que tratan de resolverse tienen distintos grados de realidad. El narcotráfico en Europa aumenta y genera delitos y violencia, sin duda, mientras migrantes bajo el amparo legal, no están ajenos a cometer delitos y desde luego se necesita vigilarlos.
Pero debe decirse que las situaciones que llevan a la petición de los gobiernos de esos países europeos no van a mejorar con las medidas que reclaman.
La Agencia Europea de Narcóticos en su reporte 2024 señala el número creciente de decomisos de marihuana y cocaína, así como la diversificación en los puertos de entrada, que ante la vigilancia en los más importantes, se dirige ahora a los pequeños.
Sin duda, a mayor disponibilidad, a mayor oferta, más consumo. Pero la pregunta con escasa o nula respuesta, es por qué el consumo y su crecimiento. Quizá, al igual que en Estados Unidos, porque esas respuestas conforman un espejo en el cual se ven las sociedades europeas y estadounidense, y lo que ven no es agradable.
Que una mujer haya quedado atrapada en una multitud de seguidores del Barcelona celebrando su triunfo y los atropellara con su auto, sucede, pero que un presunto militante de extrema derecha haya hecho lo mismo con los hinchas del Liverpool que celebraban la obtención del campeonato de la Premier Leage, ya habla de otra conflictividad social relacionada con problemas sociales profundos, como los asesinatos masivos en escuelas estadunidenses.
En Sudafrica se olvida que los supuestos blancos perseguidos son descendientes de colonizadores europeos que quitaron sus tierras a la población local, y que ahora ese país está en un complejo proceso para regresar esa tierra a sus dueños originales, seguro con casos de abuso, pero no para volver víctimas a los abusadores originales.
Mientras las sociedades y gobiernos se nieguen a verse en el espejo que refleja sus problemas más profundos, estos seguirán existiendo y los más débiles pagaran las consecuencias.
j_esqueda8@hotmail.com
¿También Europa contra los migrantes?
Jorge Esqueda
La supuesta discriminacion a personas de color de piel blanca en Sudafrica se ha sumado de manera confusa y hasta risible a las situaciones de conflicto que genera la migración irregular.
Esa “discriminacion” fue retomada por el presidente estadunidense Donald Trump de su “primer amigo”, el hipermagnate de origen sudafricano Elon Musk y por lo pronto desembocó en el asilo a un grupo de blancos de ese país, quienes gozarán de la ayuda que se niega a venezolano y emigrados de otras nacionalidades.
Pero el peligro para los migrantes indocumentados ahora podría venir también de Europa, que ha sido sometida a una presión muy fuerte de ese tipo de migrantes, y algunos de cuyos gobierno ahora quieren poner límites.
Un primer paso son propuestas de modificaciones al Convenio Europeo de Derechos Humanos suscrito hace 75 años, un lapso que sin duda aconseja su actualización aunque es de dudar que sea en la forma que pretenden Austria, Bélgica, Dinamarca, Estonia, Italia, Letonia, Lituania, Polonia y República Checa, a los cuales parece posible se sumen otros gobiernos europeos.
Entre otras modificaciones quieren dar más capacidad a las autoridades para decidir cuándo expulsar a extranjeros delincuentes, sobre todo en casos relacionados con las drogas o violencia.
También cómo vigilar a extranjeros que hayan cometido delitos pero no sean deportables, así como medidas con Estados hostiles que usen a los migrantes en contra de los valores europeos, indica la propuesta.
Los problemas que tratan de resolverse tienen distintos grados de realidad. El narcotráfico en Europa aumenta y genera delitos y violencia, sin duda, mientras migrantes bajo el amparo legal, no están ajenos a cometer delitos y desde luego se necesita vigilarlos.
Pero debe decirse que las situaciones que llevan a la petición de los gobiernos de esos países europeos no van a mejorar con las medidas que reclaman.
La Agencia Europea de Narcóticos en su reporte 2024 señala el número creciente de decomisos de marihuana y cocaína, así como la diversificación en los puertos de entrada, que ante la vigilancia en los más importantes, se dirige ahora a los pequeños.
Sin duda, a mayor disponibilidad, a mayor oferta, más consumo. Pero la pregunta con escasa o nula respuesta, es por qué el consumo y su crecimiento. Quizá, al igual que en Estados Unidos, porque esas respuestas conforman un espejo en el cual se ven las sociedades europeas y estadounidense, y lo que ven no es agradable.
Que una mujer haya quedado atrapada en una multitud de seguidores del Barcelona celebrando su triunfo y los atropellara con su auto, sucede, pero que un presunto militante de extrema derecha haya hecho lo mismo con los hinchas del Liverpool que celebraban la obtención del campeonato de la Premier Leage, ya habla de otra conflictividad social relacionada con problemas sociales profundos, como los asesinatos masivos en escuelas estadunidenses.
En Sudafrica se olvida que los supuestos blancos perseguidos son descendientes de colonizadores europeos que quitaron sus tierras a la población local, y que ahora ese país está en un complejo proceso para regresar esa tierra a sus dueños originales, seguro con casos de abuso, pero no para volver víctimas a los abusadores originales.
Mientras las sociedades y gobiernos se nieguen a verse en el espejo que refleja sus problemas más profundos, estos seguirán existiendo y los más débiles pagaran las consecuencias.
j_esqueda8@hotmail.com