El cambio en el semáforo de alerta sanitaria para Tlaxcala cambió a fase amarilla. La nueva medición la otorgó el gobierno de la república hace más de una semana y a nuestra entidad no le quedó de otra más que sujetarse a la decisión.

Por el bien de la población tlaxcalteca y de su economía, confiamos en que el semáforo actual ayude a paliar un poco el efecto negativo que hasta ahora ha causado la pandemia por Coronavirus y con ello se reactiven paulatinamente los sectores productivos, entre ellos el taurino.

En Tlaxcala ya hemos dado muestras de una ligera reactivación del sector taurino, pero aún falta empujar más. Recordemos que el fin de semana anterior se realizó un nuevo evento a puerta cerrada y bajo el esquema conocido como pago por evento, en la plaza de toros de Apizaco.

Sin embargo, y a propósito de lo que comentábamos la semana anterior, hace falta que una parte del conglomerado taurino deje colaborar a la afición para apoyar en la tan nombrada reactivación del sector.

Ya exponíamos el ejemplo de permitir la entrada al público en una capacidad muy por debajo incluso de la que podrían permitir las autoridades para que, a manera de ejemplo, se pudiera realizar una prueba piloto para la apertura de más festejos en Tlaxcala.

Y lo anterior sale a cuento debido a que en Aguascalientes pareciera que se nos adelantaron con la realización de este tipo de festejos.

Recordemos que aquella entidad del país tiene una extensión territorial ligeramente mayor a la de Tlaxcala, lo que se traduce de igual forma en número de población. En tierras hidrocálidas se registran ya más de 7 mil pacientes infectados por ese virus contra los poco más de 6 mil 500 casos que hay en nuestro estado.

Ambas entidades del país ya se encuentran en una tendencia descendente de contagios, aunque pareciera que, al menos en Aguascalientes, el tema taurino siempre se lo han tomado en serio, y ahora a partir de una iniciativa del matador de toros Arturo Macías, se organizó una novillada en la finca “Cuatro Caminos”, propiedad del mismo torero aguascalentense, localizado en el municipio de Pabellón de Arteaga.

El festejo con público se desarrolló este domingo 6 septiembre en el marco de todas las medidas de prevención necesarias para resguardar la seguridad del público asistente y con ello reducir al mínimo la posibilidad de un contagio por Coronavirus.

Aquí es donde surge la pregunta, ¿por qué no realizar algo así en Tlaxcala? Hemos insistido en las últimas entregas sobre este tema y lo que se nos ha advertido es la necesidad de esperar a que las condiciones sean mejores para poder arriesgar lo menos posible al público.

Eso es innegable, es un hecho que en Tlaxcala aún hay contagios y evidentemente no se puede salir a la calle sin un riesgo, sin embargo, también es cierto que la población es ya más consciente de la situación a tal grado que vemos las calles con el escenario pintado de colores por los cubrebocas que porta la ciudadanía.

El público taurino es reflexivo y serio, por qué no realizar una prueba para ver cómo responde el sector a este tipo de festejos. ¿No se reactivaría de inmediato la economía del toro? Estoy seguro que más de un torero estaría en la idea de impulsar el ejercicio.

A todo esto, lo que es favorable es que no se haya dejado de hablar de toros en ningún sitio, pues gracias a la iniciativa de diversas peñas u organizaciones taurinas en México, se han realizado charlas con protagonistas de la fiesta, lo mismo matadores que empresarios, ganaderos, periodistas y aficionados.

Por cierto, a excepción de la celebrada hace unas semanas por la organización “Por Tlaxcala”, a la fecha no se ha escuchado de otra en Tlaxcala en donde, gracias a las plataformas digitales de la actualidad, hemos podido tener acercamiento lo mismo con familiares que con compañeros de trabajo, amigos y hasta gente del otro lado del mundo. Así es la tecnología y hay que aprovecharla.

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