Decía uno de los grandes de la locución en México, Pedro Ferriz Santacruz, con su inmortal y poderosa expresión vocal, de profundos tonos e impacto narrativo, que muchos locutores no tienen «buena voz», pero sustituyen esa falta de gracia, habilidad o don, con «talento» para cautivar al público, logrando dejar una huella en su memoria auditiva.

Por otro lado, Bill Gates, cofundador de Microsoft y considerado en muchas ocasiones el hombre más rico del mundo, tiene un decálogo de lecciones con las que asegura alcanzar metas de éxito, entre las que destaco solo 3: «aprovecha mercados poco explorados», «aprende de los fracasos» y «rodéate de los mejores».

¿De qué va hacer referencia a los pensamientos y acciones de estos dos personajes diametralmente separados por el espacio-tiempo cuántico del universo y que nada tienen que ver, ni tuvieron jamás una relación entre sí? Pues tratemos de ser creativos, busquemos entrelazar los conceptos de cada uno de ellos y ajustémoslo a una de las industrias de la comunicación que está pasando por una profunda, severa y dolorosa crisis.

Y es que no solo en la parte económica es donde se presentan los problemas en la radio nacional, sino en la falta de estrategias que permitan los suficientes ajustes, para una completa transformación de sus formatos, con miras a una integración con las nuevas tecnologías, las Apps digitales y los cambios generacionales que requieren no solo de una adecuación, sino de una proyección a futuro, que identifiquen por dónde se está moviendo la industria. Se trata pues, de «aprovechar mercados poco explorados».

Pero esto ya escrito, analizado y expresado hasta el cansancio, parece no hacer eco en las conciencias empresariales de dueños y concesionarios nacionales, quienes hoy, a fin de año, están pensando muy seriamente en hacer recortes de personal para evitar la quiebra o al menos para mantener sus estados financieros lo más estable posible, pues la pandemia ha dejado a su paso, severas dificultades económicas globales, que sin duda se deben enfrentar con medidas extremas, pero también queda abierta la posibilidad de usar la imaginación y considerar la diversificación de sus productos al aire, haciendo uso del mismo personal y ajustando realidades, ante una audiencia que si bien, también pasa por situaciones difíciles, no deja de buscar en la radio, distracción, información y contenidos que se ajusten a sus ideales y claro, a sus presupuestos. Esto es «aprender de los fracasos».

He de decirle que hoy día, hay decenas de profesionales de la voz que buscan un espacio en la radio, que tienen la intención de incorporarse o reincorporarse al medio, que suman experiencia, conocimiento, ímpetu, voluntad y carácter para hacer crecer cualquier empresa. Tienen el «talento» para alcanzar en poco tiempo las metas que sin duda los dueños y directivos quieren y necesitan, no obstante, la falta de visión corporativa hace que se prefiera contratar a quienes cuestan menos, que poca o nula experiencia tienen y solo llegan a experimentar. Entonces, aquí aplica eso de «rodearse de los mejores».

De lo contrario y al tiempo (sin el ánimo de ser fatalista y mucho menos premonitorio), las y los empresarios se darán cuenta que el error podría costarles la reducción de sus ingresos y entonces comprender que deben pagar esa factura llamada imprecisión empresarial.

Mientras tanto, la responsabilidad de quienes hoy mantienen su empleo dentro de la radio debe radicar en acciones de lealtad, solidaridad y compromiso, pues los errores se pagan y no valdría la pena que, en estos tiempos de pandemia e incertidumbre se arriesgue un espacio que podría llegar a ocupar un verdadero profesional o quién sabe, hasta un improvisado que desperdicie la oportunidad.

Nos escuchamos la próxima, en tanto tenga usted, ¡muy buen día!

00Facebook: Omar Espinosa Herrera

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